Etapas de la construcción del Castel del Monte
La visión (1229-1231)
El sueño de Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y hombre de ciencia y arte, encuentra su fundamento en Apulia. Piedra caliza local extraída de canteras para formar el octógono perfecto, cuyos ocho lados reflejan la fascinación del emperador por la geometría y la armonía celeste. En los inicios de la construcción, la base se eleva, lo que ya insinúa la forma única del monumento.
Muros y torres (1232-1236)
A medida que pasan los años, el castillo asciende hacia el sol de Apulia. Altos muros decorados con arcos románicos y coronados con detalles góticos comienzan a encerrar el patio. La silueta de ocho majestuosas torres, que reflejan la geometría del castillo, se convierte en un llamativo punto de referencia contra las onduladas llanuras.
Los interiores (1237-1240)
Dentro del prisma octogonal toma forma el corazón de Castel del Monte. El mármol, símbolo de lujo procedente de lejanas canteras, adorna los salones, con sus superficies incrustadas de intrincados mosaicos. Los techos abovedados, de influencia gótica, se elevan por encima, haciéndose eco del ritmo del octógono. Figuras escultóricas y frisos, con huellas del arte árabe, tejen historias a través de los muros.
Conclusión (1240-1250)
En 1240, el Castel del Monte estaba completo, un faro de audacia arquitectónica. Sin embargo, la identidad de su(s) creador(es) sigue rodeada de misterio. ¿Fue Riccardo da Montalbano, maestro de las catedrales de Apulia? ¿O tal vez Nicola Pisano, un escultor con dotes arquitectónicas? La pregunta persigue la historia, lo que aumenta la mística del castillo.
Castel del Monte hasta la fecha
A lo largo de los siglos, Castel del Monte ha resistido tormentas y revoluciones. Ha albergado a la realeza, ha estado abandonado y, finalmente, ha sido recuperado como símbolo del patrimonio de Apulia. Hoy, su perfección geométrica sigue inspirando, testimonio de un sueño grabado en piedra y legado de la ambición de un emperador visionario.